Con anotación de Mayer Andrés Candelo, Millonarios venció 1-0 a Boyacá Chicó. El marcador global terminó 2-0 a favor del equipo azul que logró el título de la Copa Postobón, el titulo más reciente desde el 2001 con la Merconorte, y ganó un cupo a la Copa Sudamericana de 2012.
Un estadio, un color, miles de corazones latiendo por un equipo y entonando un solo nombre: Millonarios. Así se vio El Campín de Bogotá en la final de la Copa Postobón.
39 mil 400 almas se reunieron en el escenario para alentar al equipo azul, en busca de una conquista que hace más de 10 años no consigue, alzar un trofeo de campeón.
El Campín se pintó de azul y les abrió las puertas a los miles de hinchas azules que no se cansaron de alentar y animar a su equipo. La ansiedad por la sed de triunfo era notable, en cada aproximación al arco del Boyacá Chicó, Millonarios hizo levantar de las sillas a los asistentes, todos con el grito de gol ahogado en la garganta.
Millonarios llegó a este encuentro con un gol de ventaja, conseguido en el juego de ida en el estadio La Independencia de Tunja, por lo que la necesidad del Chicó fue evidente: saltó al campo en busca del gol que le diera el empate y la posibilidad de jugar en igualdad de condiciones ante los bogotanos.
Dos hombres marcaron diferencia en el equipo visitante Avimiled Rivas y Jhon Jairo Montaño (ex Millonarios), quienes intentaron desde todos los ángulos vencer la valla de Nelson Ramos, pero algunas veces enviaron el esférico desviado y otras veces y como siempre el portero payanés se lució.
Millonarios contó con un ‘crack’ en el campo, un hombre de experiencia, que conoce y tiene la madurez para afrontar una final. Su tranquilidad, la pausa y las espectaculares jugadas que consiguió mostraron de qué está hecho y por qué a sus 34 años sigue con vida en la profesión, Mayer Candelo, el hombre líder y de las ideas en el medio campo del conjunto albiazul.
Fueron pocas las opciones claras de gol de Millonarios, Erick Moreno tuvo un par, pero el arco no le sonrió, no encontró el camino y se desperdició la posibilidad de aumentar la diferencia favorable. Sin embargo, pudo controlar el partido y manejar la ventaja.
En la segunda parte del encuentro, Millonarios intentó dominar el balón, imponer las reglas en casa y lucirse ante su afición, que entre tanto desespero coreó: ‘Vamos por el gol, vamos por el gol, vamos por el gol’. Aunque el resultado global de la serie le daba el título a los azules, no era suficiente, uno porque corría el riesgo de que el Chicó se agrandará y consiguiera el empate y dos porque ante tanta emoción y fidelidad de los aficionados se merecían un gol y la victoria para cerrar con broche de oro la noche.
El uruguayo José Luis Tancredi ingresó al campo de juego y le imprimió más ofensividad a los azules. Mientras que el conjunto ‘ajedrezado’ sacó su ‘as’ bajo la manga, Diego Chica, un volante que le da solidez y que impulsa al equipo hacía adelante. Los visitantes perdieron a un hombre importante, Avimiled Riva, tras recibir doble tarjeta amarilla.
Minutos más tarde, un penalti a favor de Millonarios preveía la sentencia del triunfo capitalino, una falta en el área de Jhonny Mostacilla contra Édison Toloza. El cobró se lo pidió Candelo, quien no logró vencer al guardameta Cristian Bonilla.
A los cinco minutos, la vida le dio de nuevo la posibilidad a Candelo de reivindicarse y de conseguir el gol de la victoria y darle el título a Millonarios.
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